Una de las preocupaciones más comunes de mis pacientes es que el paso del tiempo se refleje en su piel. Las manchas, las líneas de expresión, la pérdida de luminosidad y firmeza, entre otros signos de la edad son temidos por muchas mujeres, y cada vez más hombres empiezan a temerlos.
Afortunadamente, existen muchos cuidados, rutinas de skincare y tratamientos específicos para mantener la firmeza y juventud de la piel para que se vea y se sienta saludable. Hoy quiero compartir contigo mi perspectiva profesional, por lo que te daré mis mejores consejos para lograr una piel radiante, sin importar la edad que tengas.
Hablemos sobre los factores que afectan la apariencia de tu piel
¿Alguna vez has notado que tu piel refleja tu estilo de vida? La apariencia de tu piel no solo depende de la genética, sino de una serie de factores tanto internos como externos que influyen en la elasticidad, luminosidad y frescura de tu rostro. Algunos de esos factores son:
Exposición solar sin protección: el peor enemigo de tu piel
Aunque la exposición al sol es clave para la producción de vitamina D, la salud de tus huesos y la regulación del ciclo de sueño (entre muchos otros beneficios), exponerte sin protección es una de las principales causas del envejecimiento prematuro.
La radiación ultravioleta penetra las capas profundas de la piel, dañando las fibras de colágeno y elastina. A largo plazo, esto provoca la pérdida de firmeza, la aparición de manchas y arrugas finas, así como una textura irregular en la piel.
Este proceso se conoce como fotoenvejecimiento y se diferencia del cronoenvejecimiento (o envejecimiento natural) porque el daño es más profundo y puede empezar a manifestarse en edades donde no es común la aparición de arrugas.
Hábitos de vida: acciones que deshidratan a tu piel
Tu piel no solo se hidrata con cremas, lo que haces y consumes en el día a día tiene un impacto directo en la hidratación, luminosidad y firmeza. Por ejemplo, si no tomas suficiente agua a lo largo del día, tu piel lucirá deshidratada, es decir, se verá cansada, seca y sin vida.
Además, hay hábitos que tienen un impacto negativo en la salud e hidratación de tu piel: el alcohol y el tabaquismo. Fumar es uno de los más perjudiciales ya que el humo del cigarro contiene miles de químicos tóxicos que reducen el flujo sanguíneo, y con él, comienzan a faltar oxígeno y nutrientes esenciales. Por eso es común que los fumadores tengan una piel opaca, con arrugas profundas y con un contorno facial poco definido.
Por su parte, el alcohol es otro de los hábitos nocivos porque promueve la eliminación de líquidos del cuerpo, lo que deshidrata la piel, haciéndola lucir seca, sin brillo y con un color irregular.
Contaminación y estrés oxidativo: el enemigo invisible de tu piel
Si vives en un entorno urbano estás expuesta a un enemigo invisible: la contaminación. Partículas finas como el humo en el aire se adhieren a la piel y generan radicales libres: células que dañan el ADN y aceleran el proceso de envejecimiento. Al ataque constante de los radicales libres es lo que se conoce como estrés oxidativo.
El resultado es visible: la piel pierde su capacidad de regeneración, la barrera cutánea se debilita y aparece un tono apagado y sin vitalidad. A largo plazo, este daño se traduce en la aparición de arrugas, manchas y una pérdida general de firmeza. Para combatir este efecto, es crucial una rutina de limpieza diaria profunda, complementada con el uso de productos ricos en antioxidantes. Estos poderosos activos neutralizan los radicales libres, protegiendo a tus células y devolviéndole a tu piel la luminosidad y frescura que tanto deseas.
Los mejores consejos para tener una piel saludable y radiante a cualquier edad
Aunque no podemos detener el paso del tiempo, sí hay acciones para mantener la firmeza y luminosidad de tu piel y, como especialista en medicina estética y longevidad, quiero contarte las más eficaces:
Limpieza: la base de una piel radiante
Una piel sana comienza con una rutina de limpieza. Lavar tu rostro por la mañana y la noche es indispensable para eliminar el exceso de sebo, la suciedad y las partículas de contaminantes que se acumulan durante el día. Esto evita la obstrucción de los poros y permite que los activos de tus cremas y sueros penetren de manera más efectiva.
Además de la limpieza diaria, es importante que exfolies tu piel de una a dos veces por semana para eliminar las células muertas de la capa más superficial de la piel. Al hacerlo, no solo reducirás la apariencia de los poros, también mantendrás tu piel más fresca, suave y luminosa.
Elige la crema adecuada para tu tipo de piel
El agua hidrata tu piel desde el interior, pero las cremas lo hacen desde el exterior. La función de una crema hidratante es crear una barrera que evite la pérdida de agua, pero la elección del producto correcto va mucho más allá.
Al elegir tu crema, considera estos activos esenciales, el “ABC” del cuidado de la piel:
- Ácido Hialurónico. Es el hidratante por excelencia: actúa como una esponja que atrae y retiene el agua en las capas más profundas de la piel para que luzca más jugosa y con menos líneas de expresión.
- Vitamina B3 (Niacinamida). Este ingrediente es un tesoro: fortalece la barrera de la piel, reduce la inflamación, mejora el tono y la textura, y ayuda a controlar la producción de sebo.
- Vitamina C. Un antioxidante que combate los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro. Además, es indispensable para la producción de colágeno, lo que se traduce en una piel más firme y elástica.
Protección solar: tu escudo contra el fotoenvejecimiento
Si tuviera que elegir un solo hábito para una piel sana y joven, sería este: la protección solar. No se trata de usar bloqueador solo en la playa: la radiación solar está presente todos los días, incluso en días nublados o cuando estás dentro de casa cerca de una ventana. Por eso, mi principal recomendación es usar protector solar como parte de tu rutina diaria, sin importar la estación del año.
Elige un bloqueador de amplio espectro que te proteja de los rayos UVA y UVB, con un factor de protección solar (FPS) de 30 o más. Aplícalo generosamente 20 minutos antes de salir y reaplícalo cada dos horas, especialmente si sudas o nadas.
También puedes usar BB cream o CC cream: cremas ligeras con un toque de color, que incorporan filtros solares para hacer más fácil tu rutina de belleza.
Un estilo de vida saludable para tu piel
Una piel hermosa y radiante se cultiva desde adentro. Como ya te mencioné, tus hábitos tienen impacto en la apariencia de tu piel, por eso te recomiendo mantener una dieta rica en vitaminas, antioxidantes y minerales. Principalmente, frutas, verduras, grasas saludables, proteínas, nueces y, por supuesto, suficiente agua a lo largo del día.
Además de la nutrición, es muy importante el sueño y el manejo del estrés. Tu piel se repara mientras duermes: las células se regeneran, se producen proteínas que dan firmeza y se controlan las hormonas que aceleran el envejecimiento (como el cortisol). Procura dormir de 7 a 8 horas diarias y práctica técnicas como el yoga o la meditación para mantener el estrés a raya.
Tratamientos para mantener tu piel luminosa y joven
A pesar de nuestros mejores esfuerzos, el tiempo pasa y la piel comienza a delatarnos. Aquí es donde la medicina estética entra en juego, ofreciendo tratamientos que complementan tu rutina de cuidado y que ayudan a combatir los signos del envejecimiento de manera más profunda.
Bioestimulación facial: un impulso para la juventud de tu piel
Uno de mis tratamientos favoritos es la bioestimulación facial, un procedimiento que utiliza sustancias biocompatibles (como el ácido poliláctico o la hidroxiapatita de calcio) que se aplican a nivel de la dermis.
A diferencia de los rellenos que aportan volumen, como el ácido hialurónico, estas sustancias actúan como “bioestimuladores”, activando la producción natural de colágeno y elastina de tu propio cuerpo. Mis pacientes dicen que han visto resultados naturales, progresivos y una mejora profunda en su piel.
La bioestimulación es una excelente opción para personas que quieran retrasar los signos del envejecimiento, sin un efecto de relleno artificial. Lo mejor es que los resultados son duraderos, ya que la piel sigue mejorando con el tiempo a medida que se regenera el colágeno.
¿Qué resultados puedo obtener con una bioestimulación?
El resultado de una bioestimulación no es un cambio drástico, sino una revitalización gradual: tu piel comenzará a lucir más firme, elástica, con un tono más uniforme, las líneas de expresión se atenuarán y la apariencia de tu rostro será más suave.
Si quieres consentir a tu piel también puedes hacerte una limpieza facial dermatológica, un peeling químico o un PDRN para complementar los resultados de la bioestimulación.
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Mejora la apariencia de tu piel: agenda tu cita hoy mismo
Si sientes que tu piel necesita un impulso para recuperar su firmeza y juventud, o si tienes dudas sobre qué tratamiento es el mejor para ti, te invito a agendar una cita. Juntas podemos crear un plan de cuidado personalizado que se adapte a tus necesidades y objetivos. Recuerda que una piel bien cuidada es una piel sana, y una piel sana siempre brilla. ¡Nos vemos en consulta!